La terapia cognitivo conductual, es un enfoque terapéutico cuyos objetivos se basan en eliminar, reducir o suprimir los síntomas cognitivos, emocionales o conductuales
considerados como “negativos” y que mantienen el malestar del paciente. Para ello, los
terapeutas cognitivo conductuales buscan cambiar las creencias disfuncionales de los
patrones de comportamiento desadaptativos y a su vez, ajustar estos patrones mediante
técnicas como la reestructuración cognitiva, habilidades de resolución de conflictos,
comunicación y negociación, regulación de emociones, etc. Este enfoque terapéutico
muestra una gran efectividad en síntomas depresivos y ansiógenos.
En el ámbito familiar, el objetivo principal desde este enfoque terapéutico es buscar
estrategias específicas para resolver, reducir o eliminar las dificultades concretas que
demanden la unidad familiar o un miembro de la misma. Es habitual en este tipo de
terapia que el trabajo se realice con dos miembros de la unidad familiar, los cual, tras la
evaluación de la problemática destaquen como objetivos de intervención. Es decir, que
si la evaluación revela que el conflicto existe entre uno de los hijos y uno de los
progenitores y los demás miembros de la unidad familiar no presentan síntomas, ni están
relacionados con los problemas detectados, no serán incluidos en la terapia. En el caso
de que sean los niños o adolescentes lo que presentan conductas problemáticas, una
estrategia común es trabajar a través del entrenamiento psicoeducativo con sus
progenitores.
En caso de que sean los menores lo que presenten dificultades y sean objeto principal de
intervención, en el modelo cognitivo conductual, los padres actuarán como mediadores
para disminuir la problemática presentada por el menor. Esta modalidad de intervención
es la más utilizada para el tratamiento del comportamiento infantojuvenil perturbador,
como es el caso de los trastornos de conducta o el comportamiento negativista
desafiante. También se ha empleado para abordar problemas de enuresis y encopresis,
así como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Como se ha citado anteriormente, la terapia cognitivo conductual pretende encontrar
distorsiones cognitivas, expectativas irreales que llevan a la pareja a conclusiones
ilógica y que mantienen el conflicto. El objetivo de hacer esta búsqueda con cada
miembro de la pareja es cambiar estos patrones cognitivos disfuncionales por otros que
se asemejen más a la realidad y que sean más razonables con la relación de pareja establecida y gracias a esto, consigan aliviar sus síntomas, logrando un entorno menos hostil para poder afrontar los conflictos.
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